viernes

2007 La Despedida que no quiere serlo

Las despedidas indeseadas son como un eco casi mortal, un presagio que te retumba en el timpano como el zumbido mas angustiante. Despedirse de lo que nunca llegó, de lo que vino y se fue, sin atinar jamás a instalarse, sin siquiera poder llegar a la construcción de lo que nuestro cerebelo identifica como "recuerdo". Uno es, al fin y al cabo ,una frustrada máquina de inventar recuerdos.Despedirse de lo utópico es tres veces mas doloroso que despedirse de lo real.La despedida que no quiere ser despedida, la despedida de lo inexistente,es una súplica cuasi denigrante, una súplica por un futuro recuerdo, para no cargar con la pesada mochila de futuros recuerdos inventados. Es como estar en la carroza de cenicienta convertida en calabaza , pero antes del baile, el beso, el zapato, el principe, el hada, el vestido.
Las despedidas indeseadas son dañinas, ladinas, embusteras,generan tal desasosiego, tal hartazgo,que con el tiempo dañan el don mas sagrado del ser humano; el don de soñar.